Isabel
Cuando llegamos a la mansión me percaté de que es un poco más grande que la hacienda en la cual nos casamos. La diferencia principal es que la propiedad no se encuentra tan alejada de la ciudad.
De hecho, estamos a poca distancia de la mansión de mis abuelos y de mi empresa. Porque a pesar de todo esa empresa sigue siendo mía debido a que mis padres heredaron a mis hermanas y a mí.
Federico toma mi brazo y me guía hacía la enorme sala. En la cual se encuentran reunidas varias personas.
Un hombre vestido de traje color negro el cual asumo que es el chofer y cuatro muchachas, de las cuales, tres lucen vestimenta de empleada doméstica y la cuarta posee ropa casual.
—Bienvenido, espero que le haya ido bien en su viaje —Nos saluda la mujer que está vestida normalmente dibujando una sonrisa en su rostro
—Quiero presentarles a mi esposa, Isabel, quien vivirá con nosotros a partir de hoy. —Les informa Federico
Ellos asienten y se dedican a felicitarnos a diferencia de la muchacha