204. Los resentidos (TF)
Eleanor parpadeó, como si despertara de un trance, y miró a Edán con una expresión de sorpresa. A pesar de que siempre había sido su cómplice en los comentarios sarcásticos sobre Herseis, en ese momento parecía casi conmocionada. Algo en su interior comenzaba a resquebrajarse. Ese joven que ahora sabía que era Helios, el esposo de Herseis, había dejado una impresión que no podía sacarse de la mente. Algo cambiaba dentro de ella. Había algo de fascinación, de sorpresa y hasta de envidia por aquel hombre al que Herseis le había arrebatado el corazón, como lo era Helios Darner, el joven magnate.
No podía evitar compararlo en su mente con Helios. La presencia de Helios, su porte seguro, la fuerza tranquila en su mirada... era todo lo que Edán nunca había sido. Donde Edán era nervioso y propenso al enojo, Helios irradiaba calma y confianza. Eleanor, por primera vez, sintió que toda la burla que había lanzado contra Herseis se volvía un arma de doble filo. Tal vez esa mujer no era tan frívo