198. La realización (TF)
Herseis pensaba en lo irónico de aquella historia de amor que nunca se hubiera atrevido a imaginar. Helios era, por destino, el hijo de Hariella Hansen, la magnate, aquella mujer que ella tanto había admirado en su juventud, y a quien casi en secreto había idealizado. Hariella representaba esa fuerza y dignidad que Herseis soñaba alcanzar, un modelo de entereza femenina. Y aunque jamás lo hubiera planeado, la vida la había entrelazado con esa familia de una manera que iba más allá de la simple coincidencia. Ahora estaba casada con el hijo de esa mujer, un hombre en quien encontraba una mezcla de juventud y madurez que la dejaba sin palabras, quien con cada gesto y cada palabra le demostraba que aún era capaz de vivir el amor más profundo y apasionado.
Recordaba sus propias dudas y temores al principio, cuando Helios le propuso aquel contrato que en ese momento le pareció simplemente una formalidad conveniente. Nunca imaginó que aquel acuerdo iría mucho más allá de lo que firmaron. En