Tardamos ocho días en llegar a Mariesh. El pueblo era igual de bonito que dos años atrás, seguía conservando su mismo encanto.
— ¿Ésto es la manada? — preguntó Joselyn totalmente sorprendida.
— No lo sé. Estuve en una cabaña en el bosque por haber ganado el concurso.
— Menos mal que han saldado la deuda y han hecho una inyección de dinero: estos hoteles son muy caros. Jamás nos lo hubiéramos podido permitir, Alfa. — dijo Jake.
— Lo sé. Pensaba dormir en el bosque o en la manada, pero mejor en estos hoteles.
Me dirigí hacia el hotel con menos estrellas pero Esteban me agarró.
— ¿A dónde va, Alfa?
— Al único hotel de cuatro estrellas, es el más económico.
— Alfa, entiendo que no quieras gastar el dinero de la manada en lujos, pero dormiremos en el de seis estrellas. Ya lo hemos hablado entre nosotros: no vamos a permitir que descanses en cualquier lugar.
— Además los hoteles de seis estrellas están mejor protegidos: tienes una diana en tu cabeza sólo por ser quién eres. No vamos a arrie