Capítulo 96.
Enseguida los lobos más sobrios se levantaron de sus asientos y se colocaron delante de mí en actitud protectora. Eso me llenó de calidez mi corazón.
— Hola, majestad. — Hice una respetuosa reverencia. — El príncipe heredero está por allá. — Dije señalando a Cole que se encontraba mirando el espectáculo sin mediar palabra.
Karel miró a su hermano y regresó su atención hacia mí.
— ¿Estás herida?
— ¿Estás aquí por mí? — Pregunté curiosa.
— ¡Pues claro que estoy aquí por ti! ¡Contesta la maldita pregunta! — Dijo apretando los puños.
— Oblígame. — Dije cruzándome de brazos. El alcohol y mi estómago vacío me dijeron que era buena idea provocar al rey.
— Baja de ahí. — Dijo gruñendo.
— Oblígame.
—Ella se encuentra bien, majestad. — Dijo Cole haciéndose escuchar con su deliciosa voz. Lamí mis labios que repentinamente se encontraban resecos; eso hizo que Karel frunciera el ceño. — ¿La necesita para algo?
Los hermanos se miraron a los ojos y el silencio reinó en la habitación.
— Dos monedas d