Estaba Amanda aquel día junto a Cristina cuando esta última sorpresivamente le estampo un beso en la boca. Amanda no se lo esperaba guardo silencio por unos instantes mientras procesaba aquello la miro y le dijo:
— ¡Oye!, solo somos amigas.
— Discúlpame pero es que no me contuve — lo decía apenada Cristina, se había puesto ella misma en una situación embarazosa.
— No tienes por que disculparte amiga pero debes entender que estoy casada con un hombre.
— Ok está bien, estoy convencida de que “cada uno tiene su modo de matar las pulgas” pero, ¡Vaya hombre el que tienes! ¡Te mereces algo mejor!
— No estoy en contra de que entablemos una amistad Cristina, así que demos por superado lo que paso.
— Esta bien Amanda pero sabes que me gustas.
— Ya lo creo, pero ahora no estoy para más conflict