Marcus.

-” ¿Dónde demonios te metes? Llevo llamándote desde anoche, hay noticias importantes que acabamos de conocer, y que son muy preocupantes.”- fue la voz imperiosa, y que, para mis oídos, sonó demasiado alta, de Lean.

Había pasado la tarde, y parte de la noche anterior, entre burlas masculinas, mucho alcohol, y una mente profundamente afectada por una realidad, que aún trataba de gestionar los recientes sentimientos descubierto, sobre todo para alguien tan ajeno a todo de los sentimientos como yo, verme en esta situación tan compleja, necesitaba de mucha tranquilidad y gestión.

-” Pero, al parecer, la vida diaria no te lo va a dar.”- pensé mientras miraba la mirada severa de Lean.

Acaba de entrar en el bufete a las siete y media de la mañana, no me dio tiempo ni siquiera a sorprenderme al encontrarme, a esas horas, y en ese día, un sábado, de manera increíble, junto a Murdock, sentados en uno de los sofás donde esperaban las vistas, a Finlay y Oliver, que también me miraban c