Marcus.

-” ¿Se puede saber por qué has tardado tanto, Robin Hood?”-

La queja de Wendy, nada más sentarme en la mesa del restaurante esa noche, tras todo un día haciendo de niñera para que ella se entretuviera con sus amigas, me pareció como mínimo abusiva, pero cualquiera se quejaba a esa Miller, con el carácter que tiene.

-” Normalmente querida hermana mayor, soy muy puntual, pero más que nadie sabes que tratar de convencer a tus maravillosos, e inteligentes hijos que es hora de dormir, porque su tío se tiene que vestir para ir a cenar con su exigente madre, es como mínimo, un ejercicio de paciencia que yo, por lo menos, aún no tengo.”- le dije intentado utilizar algo de la elocuencia que, como futuro abogado, estaba comenzando a tener.

En realidad, mi tardanza no era toda culpa de mis perfectos y maravillosos sobrinos, a los que adoro, por varias razones, también tenía que ver con que, tras mi encuentro con la Barbie Marilyn, esa tarde, y sus inesperados resultados, mi cuerpo se neg