Capítulo 36: La curiosidad mató al gato.
Marcus.
-” Ni se te ocurra molestarme esta noche con tus tonterías, Robin Hood, además los seis meses acaban a las doce, a las doce y un minuto quiero a mi belleza en mi garaje, sin un rasguño, o los Miller pierden a uno de sus miembros ¡Maldito niñato del demonio!”- esa era la novena queja de Lean en esa mañana, mientras nos reuníamos en la sala de juntas de la sede del bufete en Londres.
-” Tienes muy mal perder ¿Lo sabes?, además fuiste tú quien insistió en que viniera para encargarme de la reunión para la vista del posible recurso de libertad vigilada de Lascalles. ¿Qué hay de malo en que te llamé en cualquier momento para hacerte preguntas sobre el juicio, y el comportamiento en prisión del Vermont Lascalles? Además, no sólo te pregunto a ti”- le dije a modo de fingida queja.
-” En realidad ninguna, si hicieras las preguntas convenientes, y referentes al caso, sobre todo en horas decentes, que no molesten mi tiempo de descanso, Marcus Philip Miller. Pero tú y yo sabemos que es