LIAM COOPER.
Dejo mi chaqueta sobre el césped y nos sentamos en el. Nunca antes habíamos quedado juntos en otro lugar, solo detrás de mi casa donde nadie podía vernos.
— Todavía me tienes que explicar como lo has hecho.
— Ya te lo he dicho, mi abuelo confía en Aaron y me permite ir con él donde quiera.
— No creo que sea solamente por eso y te conozco, me estás ocultando algo importante. —Pone los ojos en blanco— Tienes que contármelo.
Coge algo de arena y me la lanza.
— ¿Qué haces? —Me sacudo tratando de mantener la seriedad pero con ella es imposible.
— Estas demasiado preguntón, demasiado frío y demasiado idiota ¡Estoy aquí! ¿No es genial? Olvida lo demás. —Responde de pie. Alarga la mano y yo se la agarro.
— Me voy diez minutos —Anuncia Aaron.
Amara le sonríe y se va.
— ¿De dónde ha salido? —Sus ojos vuelven a quedar blancos. Odia mis preguntas, pero quiero saber.
— Ya sabes de donde ha salido —Dice con mis manos sujetas— es un chico popular en la universidad.
— Sé que lo