Berrocal disfrutó de la mágica boca de Lexie, sin embargo, estaba seguro de que él no necesitaba tanta distracción como ella. Eso hizo, concentrarse en ella, le acostó en las baldosas del baño, con una de las risas secas de Lexie y sus miradas muy centrada en sus ojos. Le dio un beso, uno lento, con mucha lengua que les hizo reír como adolescentes, Lexie pasó su mano por la curva del tonificado cuerpo masculino que estaba encima de ella y dio un largo suspiro cuando se introdujo en su cuerpo.