Berrocal
La voz que llama esta vez es femenina y anuncian que van a dejar una canasta con alimentos. Miré a mi esposa y le pregunté cuándo fue la última vez que vivió en un pueblo con gente amable. Lexie. Me mira y me pregunta si las recibimos con armas o le escucharon.
—Yo voy. Esperen, esperen —grité y fui hacia la puerta.
—Estaba duchándome y mi esposa está batallando con el gas de la cocina —Sonreí y ellas también, eran una mujer de cuarenta años y su esposo que tenía pinta de no ser para nada local. La mujer se presentó como Carmen y George, ella ha vivido aquí toda su vida y él lleva apenas unos años, es de California, pero le gustó la tierra cubana.
—Me gusto mi esposa —respondió con simpleza y ella sonrió. —En fin, vivimos al fondo de la carretera, donde ya casi no es c