PAPÁ CEO: 17. Parecían una familia
Fue asombrosamente delicado, tanto que ella se sintió sobre una nube flotante y creyó que en cualquier momento dejaría de respirar.
— ¿Estás bien? — preguntó Thiago, alejándose un par de centímetros de sus labios para examinarla — Si quieres puedo parar. Te noto tensa.
Ella negó rápidamente. Su pecho subía y bajaba.
— Estoy bien — aseguró con voz un tanto agitada.
— ¿Segura?
— Sí, por favor, continua — casi rogó.
— Muy bien — sonrió de medio lado, y depositó un suave beso en la curva de su mentón antes de bajar por el hueco de su cuello y adornarlo con delicadas succiones, mientras una de sus manos se perdía por la curva de su cintura, apretándola con ligereza.
Alexia soltó un pequeño quejido de aceptación, y eso hizo que Thiago perdiera toda proporción al verla ceder al fin ante su contacto. Comenzó a desnudarla, con paciencia y ternura, saboreando el momento y la timidez con la que ella lo observaba deshacerse de las prendas.
Segundos más tarde, ella también deseó explorarlo,