39. ¡Estás mintiendo!
Minutos antes...
Nicholas aguardaba en el jardín por su esposa cuando recibió la llamada de Horacio; el médico del pueblo.
— Nick, buenos días, lamento la demora de estos días con los resultados de los exámenes, pero sabes que en esta temporada de lluvia es cuando la gente más se enferma.
— Comprendo. ¿Tienes novedades para mí?
— Sí, de hecho, ese es el motivo de mi llamada — dijo — En este momento acabo de enviarte los resultados a tu correo electrónico y uno de tus peones ya va de camino con lo otro que me pediste.
— Gracias, Horacio, ahora mismo los reviso.
Después de una amistosa despedida, colgó. Ernesto se acercó a él en ese momento con lo encomendado del pueblo. Echó un vistazo a su reloj. Calioppe no bajaba y no cometería el mismo error dos veces y juzgarla antes de saber qué pasaba, así que decidió ir a la habitación por ella.
De camino, entró primero al despacho e imprimó los exámenes antes de revisarlos. Se detuvo abruptamente al inicio de las escaleras cuando las let