Bella sube las escaleras en silencio. Antes de ir a su cuarto, pasa por la habitación de los mellizos. Ambos duermen profundamente, sus caritas están relajadas, ajenas a todo lo que ha ocurrido esa noche. Se inclina y los besa con ternura en la frente. Luego, continúa hacia su dormitorio.
—¿Cómo te sientes? —pregunta Megan al entrar detrás de ella—. Vi las noticias. Están fuertes.
Bella no puede evitar reírse un poco. Las imágenes de la noche vuelven a su mente como un desfile absurdo.
—¿Soy mala persona? —pregunta, mirándola—. Ver aquello… me hizo sentir bien.
—Claro que no lo eres, Bella. Esa mujer se merecía todo lo que le pasó. E