—¿Por qué culpas a mi esposa de mi enfermedad? —pregunta Benedict con un rostro neutral, aunque por dentro se divierte con la conversación. Su tono es tranquilo, casi irónico—. La responsabilidad de cuidar mi cuerpo es mía, no de ella.
Bella lo mira fijamente. Su respuesta no le sorprende, pero sí le duele un poco, como si él se negara a aceptar que alguien pudiera haberlo dejado solo en medio de todo.
—Lo sé. No quise decir que ella tenga la culpa. Solo pienso que, cuando uno está en pareja, no puede ser indiferente al dolor del otro. Cuidarse mutuamente es parte de lo que significa estar juntos. Si tú no estás actuando como corresponde, ella debería ayudarte, guiarte, hacerte entender.
Mientras Bella habla,