Capítulo 12. Cuida de tu esposa

Benedict está furioso. Se pregunta hasta dónde puede llegar su actuación. Si ya ha tenido otro hombre y además está embarazada, ¿por qué finge incomodarse cuando él la toca?

—¡Blas! —grita. Su voz iracunda retumba en las paredes de su habitación. El susodicho, quien se encontraba en la sección de guardias verificando algunas cosas, viene corriendo.

—Jefe, ¿necesita alguna cosa?

—¿Puedes explicarme por qué diantres Faustino confundió a la mujer que estamos buscando con mi esposa? ¿Cómo pudieron cometer un error tan garrafal?

Blas abre la boca para contestar, pero no sabe qué decir. Había olvidado ese detalle por completo. Sobre todo, porque después fueron a la clínica para confirmar el embarazo de ella y luego a la hacienda.

—Creo que debido a las características, jefe. Ella… ella es parecida… y Faustino…

Un golpe duro a la pared hace retroceder a Blas. Benedict está muy molesto. Una abolladura redonda y precisa es la prueba de furia.

—¡Son una manga de inútiles! ¿Habrá algo que pue
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