Terence buscaba en ése ruidoso pueblo humano, un lugar donde pudiese encontrar alguna niñera para Esmeralda.
Ya había salido hace casi una hora y nada.
Podía preguntarle a algún humano, pero su orgullo se lo impedía.
-Señor Terence.
El lobo con forma humanoide oyó como fue llamado y volteó para ver a aquella mujer que la ayudó a elegir un regaló para Esmeralda la otra vez, regaló que ésa mocosa mal agradecida no había usado hasta ahora.
-Hola… ¿señora de las caperuzas?- saludo el hombre, sin ocultar su fastidio.
No tenía ganas de lidiar con nadie, sobretodo con una humana tan rara como ésa.
-Me llamó Ruby.- se presentó la mujer con una gran sonrisa amable mientras le extendía su mano a Terence, para saludarlo.
-Ah.- dijo el hombre, evadiendola.
La mujer, tuvo un leve ti