Esmeralda se encontraba caminando por un lugar desolado, oscuro e invadido por neblina, pérdida.
-¿Mami?... ¿Señor lobo?
Con cuidado, caminaba en ése aterrador lugar, buscando a uno de sus tutores.
-Señor lobo, si me oye, por favor, detenga a mi mami y no dejé que me asusté.- exclamó la pequeña.
Entre el lobo con forma humanoide y la mujer que la cuidó, le daba más miedo la mujer, por conocerla bien.
La pequeña oyó un raro ruido y se estremeció, dándose vuelta.
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