253. REALIDAD
—Ah, sí, vino y me salvó. Luego me dormí y me desperté hoy. Pero las hermanas hablan como si hubiera estado con ellas todo este tiempo, y no me acuerdo de nada.
—Y lo estabas, yo te he visto, trabajé contigo todo este tiempo.
—¡Yo no fui! Estaba dormida en esa cama y me desperté ahora, para mí solo ha pasado una noche, no cinco meses.
—Una noche, ¡una noche solamente!
Repetía mientras caminaba de un lugar a otro por frente de su altar, frente al cual se volvió a detener y golpeó con furia el piso, haciendo aparecer de nuevo todos aquellos extraños signos y con ellos a los ancianos con otros bastones que comenzaron a hacer lo mismo, pero esta vez los hizo girar contrario a las manillas del reloj mencionando algunas cosas. Atrapándome para que me parara junto a él en el extraño signo, igual que la noche que había sucedido todo. Y fue como si hiciera retroceder el tiempo, pude ver como retrocedimos hasta ver que me encontraba sentada en la cama como la noche anterior. Cuando se det