Durante todo el día Emily se mostró distraída, y al mismo tiempo distante con Noah; no era para menos luego de las palabras de William, aquella presión había arruinado la poca tranquilidad que había en ella.
Emily estaba segura de sus sentimientos, estaba entre la espada y la pared, amaba con todas sus fuerzas a Noah, pero a su vez no quería perder a su madre y a su hermano.
—Debiste quedarte en casa cariño, la presión que hay aquí es tanta que se puede notar en tu rostro que no aguantas más, entenderé si quieres retirarte —comentó Noah mientras que Emily observaba a través del enorme ventanal.
—Estoy bien, solo estaba pensando en nosotros —Noah levantó la mirada, se levantó de la silla y caminó hasta ella.
—¿Qué te preocupa? —Noah con los brazos rodeó el cuerpo de Emily y besó su cuello.
—Iniciar una nueva vida lejos de todo lo que conozco —espetó con un tono de voz nostálgico—. Por muchos años ese era mi sueño, pero ahora todo ha cambiado, quiero permanecer en esta ciudad, compr