Meses más tarde.

Toronto - Canadá

Noah en medio de su sufrimiento se convirtió en la clase de persona que siempre detesto, un hombre aislado de lo que sucedía a su alrededor, sin importar el tiempo que había pasado se mantenía distante con Elizabeth, ya no eran amigos, simplemente era la socia de aquella imponente empresa.

En su rostro se podía notar el sufrimiento que le causaba haberse alejado de la mujer que amaba y de su hijo, era el precio que debía pagar para que ella y su pequeño hijo estuvieran bien, la conocía y sabía que no podía hacer nada para que ella saliera de su país, se había propuesto una tarea y hasta que no la consiguiera no se iba a detener.

Su móvil sonó, desvió la mirada de la computadora y al observar de quién se trataba de inmediato dio respuesta.

—Detective —Noah recostó la espalda contra la silla.

—Señor Noah, espero que se encuentre bien.

—Todo depende de tus noticias —Noah cerró el puño con fuerza esperando que aquel día finalmente lograra conseguir lo