Noah con una enorme sonrisa en el rostro jugaba con el pequeño Liam, Emily se mostraba distante, no era para menos luego de aquella noche que había pasado.
Una vez que logró escabullirse de las garras de James fue a la habitación de su hijo y colocó doble seguro, allí se mantuvo lejos del alcance de James.
Emily se levantó y caminó hasta donde Noah se encontraba, se cruzó de brazos y con una mirada firme le dejó claro que no estaba a gusto con su visita.
—¿Qué sucede, por qué hoy actúas de esta manera indiferente?, me acerqué para saludarte y me has evitado, no quisiste recibir las flores, no has cruzado en una sola palabra conmigo, ¿acaso quieres que me vaya? —Noah entregó a su pequeño hijo a la niñera y se acercó a Emily.
—Me equivoqué al permitir que te acercaras al pequeño Liam, tú haces parte del pasado no debes estar aquí —Noah se encogió de hombros.
—¿Qué sucede?, habla con la verdad —le pidió fijando la mirada en la suya.
—No quiero tener problemas por tus frecuentes visita