Luego de aquella espectacular noche, Noah despertó sintiéndose un hombre diferente, la preocupación debido al regreso de William había desaparecido, o por lo menos en ese instante, llevó la mirada hacia el costado y acarició la mejilla de su amada, estar a su lado lo hacía sentir cómodo y completo.
Los rayos del sol ingresaron con fuerza a través de la ventana haciendo que su cabellera rubia brillara, lentamente ella despertó, al abrir los ojos conecta la mirada con la suya y le brindó una leve sonrisa.
—Buenos días cariño —lo saludo.
—Buenos días —respondió Noah correspondiendo con un cálido beso.
—Espero que hayas pasado una buena noche —Noah asintió.
—Fue una de las mejores noches que he tenido, lo que tú me brindas logra hacer que mis problemas desaparezcan —Emily se sonrojó, levantó el brazo y colocó la mano sobre su mejilla.
—Noah, eres especial, no tengo como agradecer por todo lo que haces por mí, eres un buen hombre y no mereces sufrir, me duele ver tu cara de preocupación