Cap. 93: ¿Tendremos más hermanitos?
Los cascos de seguridad reflejaban la luz del mediodía cuando Logan y Axel cruzaron la cinta de restricción amarilla que dividía la zona principal del resto del terreno. Los escoltas permanecieron cerca, atentos pero sin interferir. Un ingeniero de obra, con el rostro cubierto de polvo y planos enrollados bajo el brazo, se acercó para saludar.
—Señor Montgomery, nos alegra tenerlo aquí.
Logan asintió sin rodeos, sin sonreír. Llevaba el casco bien colocado, la camisa remangada y los zapatos de seguridad firmes sobre la grava suelta. Su expresión era dura, calculadora. La mirada escaneaba todo, cada junta de hormigón, cada tramo de andamio aún firme, cada cicatriz que la estructura mostraba tras el colapso.
—Muéstrame el punto de fractura —ordenó—. El primero que cedió.
El ingeniero lo guio por un costado, entre barandas metálicas y restos de vigas desplazadas. Axel caminaba detrás, sin despegarse, observando el gesto tenso de su hermano con creciente incomodidad.
—¿Estás seguro de esta