Cap. 31: Un beso que desata el infierno.
Logan levantó la vista, su mandíbula tensa.
—¿Otra vez con eso?
—¡Claro que sí, Logan! —explotó ella, su voz temblando de rabia—. Porque siempre haces lo mismo. Tomas decisiones, desapareces, y luego vuelves como si nada hubiera pasado.
—¿Y tú qué? —disparó él, acercándose—. ¿Tú no escondes cosas?
—¿Qué se supone que escondo?
Logan respiró hondo, se contuvo. No podía decirlo. No aún.
—Nada. Solo pareces muy hábil para reescribir la historia.
April se rió, sarcástica. Había dolor en esa risa. Mucho.
—Tienes razón. Yo soy la villana, ¿no? La que fingió no sentir nada cuando la dejaste por otra. La que tenías escondida en un apartamento, a la que llevabas a los eventos como tu asistente personal y no como tu esposa.
Logan la miró fijamente.
—Eso no fue así.
—¿No? —susurró ella, con la voz rota—. Porque así lo recuerdo yo. Te casaste con otra, Logan. Ni una explicación. Ni una mirada atrás. ¿Y ahora vienes a hablarme de lealtad? ¿De transparencia?
Él dio un paso al frente.
—No te dejé por