Cap. 25: Mi hermana, la más valiente, la más noble.

Marie llegó al apartamento con una sonrisa que no cabía en su rostro. Apenas cerró la puerta, su corazón latía como si aún siguiera bailando bajo aquel techo de cristal.

—¿Mamá? —llamó con voz suave, mientras dejaba el abrigo en el respaldo del sillón.

Emma apareció desde la cocina, con su bata de dormir, sujetando una taza de manzanilla.

—¿Cómo te fue, amor? Pensé que dormirías al frente, te tardaste bastante… —Se detuvo al ver el brillo en los ojos de su hija—. ¿Marie?

Marie no dijo nada. Caminó hacia ella, levantó su mano izquierda y le mostró la joya que tenía en su dedo.

Emma se quedó sin aliento.

El anillo resplandecía como una constelación entera atrapada en oro blanco.

Marie levantó la mirada, con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa temblorosa.

—Me pidió que me casara con él… y le dije que sí.

Emma soltó una exclamación emocionada, dejó la taza en la mesa y la abrazó con fuerza.

—¡Ay, mi niña! —susurró, con la voz queb