Cap. 149: Subieron a la limusina del señor Zayn al-Malik.
Una vez que la puerta se cerró tras April y Marie, dejando una estela de perfume y sarcasmo flotando en el aire, el silencio se instaló como una plaga incómoda.
Logan aún caminaba de un lado a otro con los puños apretados. Nathan se frotaba la frente como si intentara disolver la imagen mental de Marie danzando entre columnas de mármol.
Axel, que había permanecido en su sitio sin una sola arruga en la camisa, soltó de pronto una carcajada seca, sin filtros.
—Joder… qué escena —murmuró, negando con la cabeza.
Logan y Nathan se giraron al unísono, furiosos.
—¿Qué carajo es lo gracioso? —espetó Logan, con la mirada fulminante.
Axel se encogió de hombros, sin inmutarse.
—Ustedes dos —dijo, señalándolos con el dedo como quien señala a dos críos traviesos—. Son un par de idiotas. Actúan como adolescentes hormonales. Parecían dos niños de primaria jugando a ver quién tiene el mejor papá: “Mi papi tiene un jet privado”, “pues el mío tiene una isla”, “pues el mío le compró diamantes a mi mami”