Richard se acercó a Megan con tono suave, condescendiente. Se agachó frente a ella como si hablara con una niña asustada.

—Megan, cariño… ¿sabes dónde estás?

Ella alzó la mirada con lentitud. Sus ojos parecían perdidos, pero detrás de esa niebla brillaba un rastro de malicia apenas perceptible.

—En el lugar donde quieren encerrarme… donde nadie me va a entender.

—¿Por qué piensas eso?

—Porque… porque April me odia. Ella me robó todo. Ella no quería que yo fuera feliz… y Logan tampoco —susurró con voz quebrada, mirando al vacío—. Todos me querían ver caer.

Richard miró al jurado como si hubiese recibido una confesión desgarradora.

—¿Sientes que el mundo está en tu contra?

—El mundo… el mundo es una cárcel. Y April… —se estremeció como si recordara algo oscuro—. Ella me quitó a Logan. Me quitó a su madre. Todos estaban de su lado. Yo solo quería amor. ¿Es un crimen querer amor?

Un sollozo seco escapó de sus labios. Su cuerpo se encogió, tembloroso.

Axel esbozó una sonrisa torcida desde