Sylvia se sobresaltó de susto y sus manos comenzaron a temblar.
El número era local pero no estaba registrado en su lista de contactos.
Esta persona sabía claramente que Odell asistiría a la cena de esta noche e incluso había adivinado cuáles serían sus pensamientos. A juzgar por la forma en que la persona había hecho la pregunta, sonaba como Thomas.
Sylvia jadeó. Escribió:
[¿Quién es?].
[Thomas].
¡Ruido sordo!
Arrojó el teléfono móvil a la cama. Su rostro se puso pálido y su cuerpo comenzó a temblar más fuerte.
Después de un rato, su teléfono volvió a sonar.
La pantalla se iluminó y mostró el mensaje que acababa de recibir:
[¿No te habló de la cena de esta noche?].
Sylvia respiró hondo y volvió a tomar el teléfono. Sus dedos temblaban mientras escribía:
[¡No es asunto tuyo!].
Inmediatamente puso el número en la lista negra, pero no pudo controlar el miedo en su corazón.
Paseó un rato por la habitación antes de llamar a Odell.
El tono de marcar sonó, pero