Odell abrió la puerta.
"¡Odell!". Tara entró corriendo con los ojos llorosos.
Intentó arrojarse a sus brazos, pero él la detuvo agarrándola por los hombros.
Le preguntó: "¿Qué haces aquí?".
Sintiéndose agraviada, Tara dijo: "Te llamé pero no contestaste. Me preocupé tanto que vine a buscarte".
Odell frunció los labios.
Tara miró entonces a Sylvia sorprendida. Preguntó: "Odell, ¿qué haces aquí con ella?".
Antes de que Odell pudiera decir una palabra, Sylvia se burló y dijo: "Vinimos a pasar la noche juntos".
Los ojos de Tara se abrieron de par en par y las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas sin control.
"¿Ustedes... pasaron la noche juntos?". Se giró hacia Odell, con cara de dolor e incredulidad.
Odell miró a Sylvia para indicarle que se callara, pero ella se negó.
Antes se había sentido avergonzada e insultada, pero ahora que Sylvia se enteró de lo ocurrido, decidió usar la situación a su favor.
Al fin y al cabo, era a ella a quien le habían tendido una