—Jejeje —Sherry no pudo contener la risa.
John, que estaba parado a su lado, tampoco pudo evitar reír.
Solo la cara de Odell estaba sombría.
Muy pronto Isabel sintió el aura que emanaba de su padre. Bajó la cabeza y murmuró:
—Fuiste tú quien intimidó a otro primero. Empujaron la cabeza del otro en el agua fangosa. No solo lo intimidaron, sino que le dijeron que se pusiera de rodillas y rogara y los llamara “papi”. Eran tan malos que ella solo quería darles una lección.
Sylvia preguntó:
—¿Entonces les diste a todos una lección tú mismo?
Isabel levantó la cabeza.
—¡Sí, eso es correcto!
Con una expresión inexpresiva, Liam dijo:
—Si el tío Ben y el tío Jacob no hubieran estado allí, te habrían retenido y te habrían hecho llamarlos “papá” también.
Isabel puso sus manos en sus caderas y gritó:
—¡Eso no es verdad! Ella ya había mordido al gordo hasta que lloró cuando el tío Ben y el tío Jacob vinieron a ayudarme.
Sólo lo mordiste porque el gordo resbaló y cayó a