Quería correr, su mirada asesina me decía que lo hiciera o podría morir ahora, pero, cuando intenté dar un paso, mis piernas perdieron la batalla y caigo al suelo de una manera poco elegante.
‘¿Por qué deben pasarme cosas vergonzosas justamente cuando él está cerca?’ Me pregunto mentalmente. — Levántate, ¿o es que te gusta estar en el suelo? — Pregunta Helmut con molestia y yo intento levantarme, pero, mis piernas no responden. — ¿Tienes algo más que decir? Porque si ya has terminado, puedes marcharte. — Digo con frialdad. — No puedes levantarte, ¿verdad? — Puedo levantarme. — Seguramente no has caminado desde que entraste aquí y estuviste todo el tiempo en la misma posición sentada. Eso y que no te alimentadas bien, debió haberte dejado sin fuerzas — dic