Lugh y su padre volvieron a casa, junto a Bryce, pero se detuvieron un momento en el jardín, estaban desolados sin haber encontrado a Marbella, eso estaba matando a Lugh, pero también a Bryce, quien temía que ella hubiese muerto en esa m*****a explosión.
La abuela Delia, y el abuelo Blard estaban en esa casa, esperaban a su nieto, aún no sabían lo que pasó con exactitud, intuían que el matrimonio de sus queridos nietos peligraba y se veían desesperados.
La tía Amelie también estaba ahí junto a su esposo Orson.
Cuando Vanessa bajó la escalera, aún tenía su rostro pálido como la nieve, un gesto enfermizo y débil.
Los ojos de la abuela Delia se abrieron gigantes al ver a esa mujer, apretó los puños, golpeó su bastón contra el suelo.
—¡Por todos los demonios del inframundo! ¿Qué haces aquí, m*****a mujer? —espetó con furia
Los ojos de Vanesa estaban asustados al escuchar a la abuela.
—¡Abuela Delia, yo no he tenido nada que ver!
Delia no esperó un instante, dio una fuerte bofetada