Capítulo 125. ¿Cuál es tu idea?
—No creo que deba decir demasiado, tú me conoces más que yo mismo —dice Egil a Benedict mientras bebe de su copa, sin dejar de verlo a los ojos—. No tengo ninguna intención de entrar en una disputa contigo por mi esposa ni discutir lo que hicieron, tampoco voy a pedirte que te alejes de ella porque sé que no lo harás, al menos que te mate, pero sí quiero que seas consciente de tu lugar y el mío. No quiero que esto afecte de ninguna forma al clan, ni a nuestra reputación o la de mi hija, quién es la futura heredera de todo esto.
Benedict también bebe de su copa de vino.
—Sé perfectamente cuál es mi lugar y mis limitaciones —Egil nota la amargura en las palabras de su hermano—. No haría nada que dañe a Adelaide, contrario a lo que tú haces desde que vino a esta hacienda.
—No te llamé para que me reclames nada, Benedict, además, yo amo a Adelaide —responde Egil sirviendo un poco más de vino en su copa—, pero nunca he sido ni seré el hombre que ella desea ni el que merece realmente. Tampo