Capítulo 112. Un complot
—Te amo, Adelaide —dice Egil en el momento que se corre violentamente dentro de su esposa. Sus jadeos llenan la habitación. Oír su confesión lleva a la joven a la misma cúspide. Se convulsiona y jadea sin poder controlarse cuando su propio orgasmo la arrasa antes de caer rendida a su pecho.

Cuando por fin sus respiraciones se normalizan, Egil se apodera nuevamente de su boca y la besa. Sus lenguas juegan juntas una lucha feroz y sin tregua. Él no necesita más aliciente que ese para ponerse duro nuevamente.

Adelaide despierta con el cuerpo totalmente adolorido y gomoso. Un brazo grande la tiene atrapada de la cintura y una pierna acorrala las suyas. Ni siquiera puede moverse. Por los ronquidos que oye de cerca, sabe que Egil está profundamente dormido y lo que menos desea ahora es que despierte y la torture de nuevo como lo hizo anoche.

La joven se muerde los labios al recordar todo lo que este hombre le hizo anoche y no puede evitar sentirse excitada de nuevo. Si no fuera porque ell
LibethCa

¡Hola mis bellas! Este es el último capítulo de hoy, espero que les haya gustado. Nos leemos mañana nuevamente. ¡Besos!

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