Capítulo cuarenta y tres. Vete, Callie
«No hay esperanza de encontrarlo con vida»
«No hay esperanza de encontrarlo»
Sienna se quedó de piedra, su corazón se detuvo momentáneamente y las lágrimas se secaron. Sus ojos ya no derramaron una sola gota más.
¿Cuánto dolor podía soportar un corazón y no morir?
Esa era la pregunta que rondaba la cabeza de Sienna, la golpeaba una y otra vez, porque necesitaba una respuesta. Ella no sabía si vivir después de esto sería vivir o intentar sobrevivir.
—Sienna —llamó Callie, la serenidad de su amiga le asustó.
—Quiero estar sola —pidió.
Assim miró a Callie y ambos sabían que era una mala, muy mala idea.
—No creo que sea lo mejor, Sienna —refutó Callie en tono amable.
Sienna la miró.
—No voy a matarme, tengo que vestirme —dijo.
—Sienna.
—Compláceme, por favor —insistió.
Callie asintió y junto a Assim salieron de la habitación dejando a Sienna sola.
—Voy a esperarte, Hasan, me prometiste volver, dijiste que siempre volverías a mí y yo creo en ti. No demores, nuestro bebé no puede nacer sin