El enojo que Ryan ha mostrado, parece ser canalizado, porque poco a poco, su respiración irregular y rápida, comienza a volver a la normalidad e incluso, su mirada cambia. Ya no se ve tan enojado como ha estado. Pero, no me detengo.
— ¿Es eso lo que quieres? — pregunto con seriedad.— Ryan, ¿Qué demonios estás haciendo? — pregunta Sashel corriendo hacia nosotros.— Y-yo no sé. Enloquecí por un momento. — dice Ryan retrocediendo.— Esto no nos llevará a ningún lugar. — susurro retrocediendo.— No te haré daño. — dice Ryan.— Con lo que has hecho, no pareces una persona que sería capaz de cumplir ello. — digo regresando a mi habitación.Ryan me sigue hasta la habitación donde yo tomo mis cosas personales, para poder marcharme lejos de él, porque en estos momentos no es