—Rose, creo que estamos a mano, te dejo para que hables con tu prometido, y la verdad, les felicito por la pronta llegada de su bebé.
Rose no pudo decir nada más, porque Abby se había alejado de ella.
Abby caminó y salió por el jardín.
Rose llamó a Denver, y le contó todo.
Él se desesperó, estaba de verdad asustado, buscaba por todos lados a Abby, pero no la encontraba.
Johana se acercò a èl.
—Ella está en el jardín trasero, te deseo buena suerte.
Denver lanzó un respiro, asintió y fue hasta ahí.
La vio frente a las rosas, suspiró porque era más hermosa que todas ellas.
Se acercò despacio, esperaba lo peor, pero al menos estaba frente a ella.
—Abby…
Ella se giró a mirarlo, sus ojos se volvieron severos, de pronto se lanzó contra él, fue inesperado. Denver apenas detuvo su mano para evitar su golpe, y mirò sus ojos.
—¡Abigail!
Ella intentó liberarse, pero fue imposible, la acercó a èl, tan rápido que no pudo escapar.
—Perdóname —dijo Denver con mirada suplicante.
—Siempre me mientes,