Señaló la caja blanca sobre la cama, lo vi y no pude evitarlo, lo tomé y lo saqué de la caja, lo levanté en el aire como si lo exhibiera, el vestido, el maldito vestido que le había pedido a Katty que trajera horas antes, el mismo vestido que Joseph había recibido, revisado y dicho que estaba bien aunque no era el estilo de Emma, ese vestido, ese maldito vestido, estaba… Roto.
No, no estaba roto, estaba cortado, tijereteado.
Los pedazos de tela colgaban como retazos mal pegados.
Emma no podía usar eso, y lo peor era que si no usaba eso, no tendría nada que usar hoy. Amme ni siquiera se atrevía a pronunciar una palabra, tal vez por miedo a alterar a Emma quién ya se encontraba mal, pensarán que es una exageración de su parte pero yo no.
Yo pensaba que alguien deseaba quedarse sin trabajo, sin techo, sin nada al meterse así con Emma, meterse con Emma era meterse conmigo.
Me giré para mirar a Joseph y recriminarle.
-Joseph, dijiste que el vestido estaba bien, ¿Acaso esto te parece bien?