-Nath, yo...
-¡Contesta! No tartamudees.
Adam se aclaró la garganta y sonó serio, firme y autoritario.
-Yo te dije que no sabía lo que sentía por ti y también te dejé claro que sin importar qué estuviera sucediendo en este momento en mi vida, me casaría con Emma y que si mi matrimonio en tres años no funcionaba y tú estabas libre, podríamos intentarlo, no te dije que me esperaras porque sería cruel limitarte para que al final yo no me separara o lo nuestro no funcionara, porque sé lo que es esperar diez años a una persona, porque yo te esperé Nath, te busqué hasta debajo de las piedras y tú simplemente te esfumaste, no voy a reprocharte nada porque sé que te obligaron a casarte, pero quiero que entiendas que esta vez, aunque sean sólo tres meses yo no puedo esperarte, voy a casarme con Emma y te pido que respetes mi decisión, si es que aún quieres que yo te vea como la Nath respetuosa, educada y de valores que yo conocí.
Esta es mi última advertencia para ambas, dejen en paz a Emma, d