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-Buenos días Adam.
¿A qué debo el honor de tu visita hermano?
-Buenos días August.
Eres mi mejor amigo, por eso vine a visitarte.
-Ja ja ja. Eso ni tú te lo crees Adam.
Si soy tu mejor amigo, pero jamás me visitas sin ningún motivo.
-Me gustaría que me hablaras de Emma.
-Ya veo, ¿qué es lo que quieres saber de ella?
-Todo.
Todo lo que sepas y lo que puedas decirme, también quiero tu opinión sobre el compromiso.
-¿Y qué me darás a cambio?
-¿Qué es lo que quieres?
-Mmm, bueno no me parece justo que no me des nada a cambio de contarte todo sobre Emma, se me ocurre que...
-Ay, te estoy preguntando qué quieres y te haces el interesante.
¡Habla ya!
-Está bien, quiero dos cosas.
-¿Qué cosas?
-La primera cosa que quiero es que me cuentes todo con lujo de detalles sobre tu relación con Emma.
Y la segunda...
Lo miré con la ceja levantada, August era más chismoso que las personas que salen en los programas de televisión contando la vida de los famosos, esas de las cuatro