-Debería hacerlo.
Joseph levantó la ceja.
-¿Por qué cree que debería hacerlo, joven?
-Porque nadie nunca ha respetado las decisiones de Emma. Si yo voy a ser su esposo debería respetar sus decisiones, quiero ser un buen esposo, Joseph.
-Entiendo joven, sin embargo, no creo que la señorita Emma realmente quiera eso.
-¿Ah no?
-No...
-¿Entonces qué quiere?
-Ay... Veo que usted duerme con chicas pero no aprende nada de ellas.
-¿Qué es lo que debería aprender?
-Lo que la señorita Emma realmente quiere no es que usted no se interese en ella, sino que usted se interese en ella y no rompa su corazón.
La señorita Emma es una persona muy fácil de leer joven, ella sólo quiere ser feliz y tiene miedo, está asustada de enamorarse de usted y que usted no lo valore y la lastime.
-...
Así que era eso...
¿Qué debo hacer entonces?
-Pues... Podría empezar por aclarar sus ideas y sus sentimientos.
-¿Sobre qué?
Joseph levantó una ceja y me miró como si hubiera dicho una ba