-Te lo agradezco, pero no.
Deja que ella haga su trabajo.
-Pero Emma...
-Escucha Keller, tengo una pastelería que atender y qué mantener, no puedo estar cerrando a medio día todos los días porque hay un nuevo inconveniente con la boda, tu empresa es importante, ocúpate de ella y yo me ocuparé de mi pastelería.
Dejémosle a mi madre y a la tuya todo el asunto de la boda, no es como si fuera a ser el día más importante de nuestras vidas, así que enfócate, esta boda es por tu empresa y por mi libertad, no la descuides y yo tampoco lo haré, porque eso es lo que es esta pastelería para mí, mi libertad.
Emma tenía razón, había que enfocarnos, ella estaba decidida a no ceder ante mis peticiones y yo, yo soy un tonto, por ahora haría lo que ella pedía.
-Toma, está calientito, bebe.
Me dio una taza de té de menta y mientras lo bebía le presté más atención a todo a mi al rededor el lugar estaba en penumbras.
-¿Por qué estabas a oscuras?
-Me quedé dormida... Desperté y me iba a casa cuand