Un año atrás. Frente al hospital, luego de las pruebas. - ¿Por qué dijste que era su hijo? - habían visto los resultados, negativos. - ¿Por qué me trajiste aquí?- tenia el papel en sus manos, dentro del coche de Angelo. - ¿Por qué crees? No te hagas la que no sabías nada. - Y tu no finjas que lo hiciste para ayudarme. - Nunca dije eso. Si a alguien quería ayudar, era a mi.- confesó sereno. A pesar de que nada había salido como él quería. Nada. - ¡Eres un maldito estúpido! - ¿Y tú qué, Elisa? ¿Tú qué? Tenías dudas de que era su hijo. Aún así decidiste decir que si, cuando también podía haber sido perfectamente un no.