Capítulo 126. La venganza definitiva de una rebelde. Parte 2.
Kiora.
Edificio Columbia Blue Bell, Sídney, Australia, 2024.
Me dediqué a observar, con disfrute interior, mientras apretaba la mano de mi fuerte, y protector Iceberg, las expresiones variadas y diferentes que habían ante mí, desde la cara de sorpresa y disgusto, al verme de mano de mi marido, que mostrada por mi padre, ante la idea de que era yo, y no mi prima, la que estaba de mano del que él conocía como Heng Thomas, su antiguo elegido, pasando por la de satisfacción de mi tío, al creerse que al fin había cumplido con los requisitos de las tradiciones de los Bell, para finalmente observar la cara de triunfo de mi madre, que trataba de disimular con una sonrisa, algo cínica, sobre todo ante mi padre, para que este no descubriera que, el sueño que ella siempre había tenido, de que su hija se apropiara de lo toda la herencia de los Bell, pero sobre todo ante mi padre, arrebatando así el puesto que, por las tradiciones estúpidas y misóginas de esta disfuncional “familia”, le pertenec