Capítulo 123. Un regalo inesperado y emotivo.
Coorah.
Dormitorio de la pareja, cortijo Bello Amore, propiedad del matrimonio de Coorah y Fazio De Falco, afueras de Dos Hermanas, Sevilla, Andalucía, España, 2024.
Mientras mi boca era devorada, sin ningún impedimento por mi parte, más bien mi más absoluta colaboración, ninguno de los dos notó que habían tocado en la puerta, para a continuación, ante la falta de respuesta por nuestra parte, entrar dos hombres, que yo ya conocía muy bien.
Uno iba vestido con un traje italiano oscuro hecho a medida impecable, vestimenta que de paso usaba mucho, este era mi escolta, Bruno.
El otro llevaba una bata blanca de médico, que cubría la ropa informal que solía costar de vaqueros, y camisas frikis, vamos un eterno adolescente, y en cuya mano llevaba un maletín sanitario de color rojo y plata, bastante voluminoso, era uno de mis colegas, y compañero de la facultad de medicina, mi médico de cabecera, y amigo, Alberto Marrero.
Una tos nerviosa, e impertinente, nos hizo despegarnos, por lo me