En otro rincón del campus, Hillary sonreía con suficiencia mientras escuchaba a un grupo de estudiantes comentar los rumores que ella misma había sembrado estratégicamente. Sabía que no podía arriesgarse a ser descubierta, pero disfrutaba cada segundo viendo cómo la atención se desviaba hacia Elena y Hades.
Lo que no sabía era que Hades estaba dispuesto a hacer lo que fuera para proteger a Elena, sin importar quién estuviera detrás del escándalo, haciendo de su privacidad un show mediático.
Frente al pasillo que llevaría a Elena a su clase, él la miró con suavidad, tomando su rostro entre sus manos.
—Elena, no dejaré que nadie te haga daño, ni a ti ni a nuestra familia. No me importa lo que digan o piensen los demás. Lo único que me importa es que estés bien. Y no voy a permitir que hablen de ti de esa manera.
Elena sonrió, tocando su pecho, donde sentía el calor de su amor y protección.
—Gracias.
Pero antes de que pudiera decir más, un sonido interrumpió su momento: alguien pasó rápi