El día se sentía bastante pesado en Luxemburgo, pero en el hotel palace, la atmósfera estaba lejos de ser tranquila. Zahir había citado a Amir temprano en la mañana, decidido a obtener cada detalle posible sobre la familia de Elena.
Amir, algo reacio, entró en la sala privada del penthouse donde su tío lo esperaba, con un semblante serio como siempre.
—¿Para que soy bueno, tío? —preguntó Amir con un tono ligero, aunque sabía que la conversación sería de todo menos agradable.
Zahir, sentado en un sillón de terciopelo oscuro, lo observó con detenimiento antes de responder.
—Quiero saber todo sobre la familia de Elena. Ya sabes que no confío en relaciones que puedan debilitar nuestra posición.
Amir soltó un suspiro y se dejó caer en una silla frente a él.
—Te lo dije antes: la familia de Elena es poderosa, influyente. Su padre, William, es el duque de Luxemburgo, un hombre astuto y diplomático. Un alfa dominante que hay que temer...pero Hades se lo metió en el bolsillo cuando lo hizo eno