—Mañana en la noche iré a casa con Hades—respondió Elena, con un nuevo aire de confianza—. No podemos retrasarlo más.
—Y conmigo...no pienso dejar a mi primo ir solo, el rey me mataría.
Mientras todos comenzaban a planificar los detalles del viaje, Hades tomó la mano de Elena y la apretó suavemente, como un símbolo de que estaría a su lado, sin importar lo que sucediera.
Los tres hermanos de Elena se retiraron del apartamento tras una larga discusión sobre los detalles de la visita al palacio. Aunque había tensiones en el aire, era evidente que, al menos por ahora, estaban dispuestos a apoyarla. Antes de salir, Victoria le dio un abrazo firme a Elena, Dante le dedicó una mirada tranquilizadora y Lucas le susurró un “suerte” que era más para Hades que para ella.
Cuando la puerta finalmente se cerró tras ellos, Macarena, la nana de Elena desde su infancia, se acercó desde la cocina con una bandeja de té. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y ternura, como si quisiera asegurars